Marcel Vs. Argüello, épico combate 50 años después
Por Nicolás Espinosa Serrano
“Cuando surge la verdad y arranca de un tajo
las bases de lo que ha construido la imaginación, es la hora de la amargura,
pero es también la hora del despertar y de la sensatez. El 16 de febrero de
1974, Alexis Argüello y sus miles de seguidores vivieron una noche de gatos
negros. La esperanza de conquistar un título mundial se esfumó en forma
dramática”.
Así inicia su crónica, el maestro de la pluma
deportiva nicaragüense, Edgar Tijerino, sobre el pleito entre el campeón
mundial pluma, el panameño Ernesto ‘Ñato’ Marcel, y el retador nicaragüense,
Alexis Argüello, en el artículo ‘La caída del Ídolo’, del libro de su autoría:
“Alexis Argüello, un flaco explosivo”, en su segunda edición de 1992.
“Marcel triunfó clamorosamente exhibiendo
habilidad, corazón y sobre todo cerebro, para neutralizar la potencia del
retador y reducirlo a la impotencia en los últimos asaltos de un combate
memorable”, escribió.
El memorable pleito cumple hoy, viernes, 50
años desde que se realizó en el entonces gimnasio Nuevo Panamá, y que trajo de
la majestuosa Managua a cientos de seguidores del ‘Flaco’ para, en su entender,
verlo coronarse como el primer campeón mundial de boxeo nicaragüense.
Fue un combate de muchas expectativas, quizás
similar a la que se realizaría un mes después de ese mismo año, cuando el
panameño Roberto ‘Mano de Piedra’ Durán exponía su cetro ligero frente al
boricua Esteban De Jesús, luego de que éste le infligiera su primera derrota.
Durán en esa oportunidad, noviembre de 1972,
recién había logrado el cinturón de manos del escocés Ken Buchanan, cuando en
un choque no titular en Nueva York, el puertorriqueño lo llegó a derribar en el
primer asalto, le ganó una decisión a diez rounds y le quitó su condición de
invicto.
El ‘Ñato’ Marcel realizaba la cuarta defensa de
su cetro pluma, versión Asociación Mundial de Boxeo, y de paso, el último
pleito de su exitosa carrera profesional, mientras Argüello llegaba con una treintena
de combates a cuestas y, aunque ya tenía en el negocio unos seis años, era en
ese momento en que se constituía en la ‘gran esperanza’ pinolera.
“Vinieron
bastantes nicaragüenses a apoyar a Argüello, se lo corrían a robo. Al principio la pelea fue muy pareja, y los
nicas consideraban que para abajo Alexis lo acababa, y apostaron mucho más a
que eso es lo que sucedería”, señaló el profesor Miguel Prado, expresidente de
la Comisión de Boxeo de Panamá, al recordar ese episodio de hace medio siglo.
“Pero, después
del quinto ocurrió otra cosa, y Marcel le dio una cátedra de boxeo que lo
hicieron, sin discusión, ganador del encuentro”, prosiguió.
Al
respecto, el maestro Tijerino escribió: “La gallardía y la inteligencia de que
hizo gala Marcel en ese combate, es algo que conviene consignar con letras de
oro. Hay que acordar que Marcel triunfó limpiamente”, expresó el cronista
nicaragüense, coincidiendo con lo anotado por el profesor Prado.
Tanto
Tijerino como Prado coincidieron también en anotar cómo presentó el entonces
monarca colonense, su plan de combate.
“La
confianza de Marcel en su estado físico y mental jugó un papel trascendental en
el desarrollo de la tórrida batalla. El ‘Ñato’ sabía que estaba bien preparado
para un tren violento de pelea”, apuntó el escritor centroamericano.
“La verdad
es que para ese encuentro siempre vi a un Marcel confiado y seguro de lo que
tenía que hacer. Fue un boxeador muy inteligente. Programaba sus peleas y sabía cómo salir de
las dificultades. Un boxeador completo”, destacó, por su parte, Prado.
“Nadie puede
dudar de su gran capacidad pugilística. Un excelente esgrimista, técnico”,
añadió.
Para Prado fue un pleito “inolvidable”,
mientras que para Tijerino todo se decidió en el duodécimo asalto, “cuando Marcel
apareció completamente recuperado en forma sorprendente, comprendimos que había
llegado la hora de quemar las naves”.
Los jueces, todos panameños, vieron ganar holgadamente al campeón. El réferi Servio Tulio Lay y el juez Juan Carlos Tapia votaron 146-140, y el juez Harmodio Cedeño 146-140.
Realmente fue una pelea épica, de esas que hace
muchísimo tiempo han desaparecido de los grandes escenarios.
Es cierto, ganó Marcel, pero tuvo que sacar el
tanque de reserva de oxígeno y amarrarse en forma mucho más ajustado su
pantaloncillo, porque enfrente tuvo a un chico hambriento de triunfo y de
gloria.
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