Uriel Batista, en voleibol universitario de Estados Unidos

Por Nicolás Espinosa Serrano
(hablemosdeportes2.0@gmail.com)


Uriel Batista y sus padres, Ubert y Karen, se congratulaban por el logro alcanzado. Uriel les había comunicado, a través de una tele llamada, de la beca parcial obtenida en el Concordia University de Irvine, California. 

La beca le permitirá jugar voleibol en una universidad, división 1 de la NCAA, la más alta en Estados Unidos, y de paso estudiar una carrera, algo que ocurre en el deporte panameño por vez primera. 

“Estar en esta universidad significa mucho para mí, porque he trabajado fuerte en estos dos últimos años con este objetivo, y sé que los frutos van a llegar”, nos dijo Uriel desde Estados Unidos. 

“El ser el primer colonense y de paso el primer panameño en jugar en la máxima división del voleibol, me hace sentir orgulloso, pero esto lo he logrado por el trabajo duro y al esfuerzo de mis padres”, indicó. 

Uriel se une de esta forma a su hermano mayor, Ubert, quien juega en la universidad St. Clair, del circuito NCAA, de Canadá. 

Ubert también se destaca en la Universidad de St. Clair, en Canadá. 

Ubert estuvo en el quinteto nacional sub-18 y en las selecciones de voleibol sub-21 y sub-23, en tanto que Uriel fue miembro del equipo nacional de baloncesto sub-16. 

Primero desarrollaron sus talentos en el baloncesto con el profesor Jerome Lewis, conocido forjador de innumerables jugadores en Colón, después pasaron a manos del ex seleccionado Fernando Pinillo. 

En lo referente al voleibol, estuvieron con el profesor Eduardo Medina, quien fuera técnico nacional en categorías menores, y trabajaron la velocidad de piernas con el técnico y ex corredor Florencio Aguilar. 

Ahora, lo más difícil 

Sin embargo, ahora viene lo más difícil, porque la beca es parcial y solo cubre parte de los gastos y, nuevamente, sus padres tendrán que hacer todo para cubrirlos. 

“Hemos sacrificado un montón de cosas para que logre su objetivo, porque ha mantenido una disciplina, procurando completar su proyecto, pero lo que viene es pesado”, dijo su padre, Ubert Batista. 

Uriel fue escogido el jugador más destacado en el Orange County Academy.

Batista indicó que necesitan un apoyo similar al que lograron con su hijo mayor, quien tiene una beca completa del Ifarhu. 

“Es cierto que se logró la beca, pero hay una serie de gastos por cubrir mientras estudie su licenciatura, y es por ello que solicitamos la ayuda del Gobierno para ello”, afirmó. 

“Lo que pido no es solo para mis hijos, ojalá pudiera ser para todos estos jóvenes que luchan en Colón por tener un mejor futuro”, sostuvo. 

Comentó que sus hijos  realizaron sus doce primeros años en la Escuela Adventista, de Colón, antes de ser reclutados para jugar y estudiar en Estados Unidos, pero el segundo se graduó con menos de 17 años. 

Dijo que el coach que reclutó a Uriel para jugar baloncesto, les recomendó que repitiera el segundo ciclo en Estados Unidos y fue así como llegó al Orange County Academy de California. 

Allí fue donde descubrieron que también podía jugar voleibol, aptitud que desarrolló mucho más cuando pasó al Long Beach City College, donde luego estudió una carrera técnica. 

Un largo proceso 

Para Uriel ha sido un proceso bastante largo, que se inició cuando aún no cumplía los 17 años y ahora seis años después, espera demostrar todo lo que ha aprendido en el deporte, sin descuidar lo académico. 

“Fue un proceso algo largo, porque llegué a Estados Unidos primero con una beca de baloncesto a la escuela Orange Academy, después fui a Long Beach City College por dos años, y mejoré mi juego”, señaló. 

“La beca no es completa porque es deportiva, pero no debo descuidar mis estudios y obtener buenas notas”, admitió. 

Uriel juega como atacante opositor.

Uriel, quien juega de atacante opositor, tuvo que demostrar mucho talento para ganar la beca parcial. 

En esa línea, su padre recordó la ocasión en que asistió junto a su esposa y el técnico Medina, a la graduación de Uriel en la secundaria de Orange, y se reunieron con el coach de la Universidad de Long Beach. 

“El coach le preguntó al profesor Medina que cómo hacían en Panamá para formar atletas de tan alto nivel, con el panorama que le había dibujado Uriel”, sostuvo. 

“Fueron formados y entrenados en el patio de cemento del colegio Rufo A. Garay, como ha ocurrido con una cantidad de jóvenes talentos que tiene el voleibol colonense”, precisó. 

Al concluir nuestra visita, el coach le regaló una docena de balones a Medina para que siguiera su trabajo formador. 

“Nuestra lucha no ha sido fácil y seguiremos en ella hasta lograr los objetivos de Uriel, porque es nuestra misión”, concluyó.

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