Las peleas naturales y de títulos desaparecieron del boxeo panameño

Nicolás Espinosa Serrano

 

Eduardo Rodríguez frente a Carlos Trujillo, en la división welter. 

Hace poco tropecé con unos recortes de periódicos del boxeo nacional de los años 80 y 90, donde habían escritos sobre Antonio Ocasio, Julio Pastor Ruiz, Francisco ‘Rocky’ Fernández, Evangelio Pérez y Carlos ‘Púas’ Murillo. 

En ese momento recordé los pleitos entre Ocasio y Ruiz, sobre todo el último, porque al día siguiente me encontré al púgil capitalino en el entonces estadio Revolución, donde se realizaba un campeonato nacional de atletismo. 

Pastor Ruiz estaba satisfecho con el resultado, principalmente porque ganó, aunque aún adolorido por las magulladuras que tenía, producto de lo fragoroso de la refriega.  

Asimismo, hice memoria de los encuentros entre el ‘Lagarto’ Benedicto Murillo y el ‘Púas’ Murillo, y del ‘Sheriff’ Virgilio Chifundo con León ‘Fiero´ Salazar, ambos en la Arena de Colón, alguna vez convertido en el máximo templo del boxeo. 

Peleas que levantaron pasiones desde antes de realizarse, porque fueron ‘naturales’ y hasta obligadas entre figuras del patio, y porque en algunas estuvieron en disputa títulos nacionales, galardón que hoy es cosa de la era Paleolítica. 

En esa línea, las disputas de cinturones nacionales más recientes, fueron de las categorías de las 108, 115 y 126 libras en el año 2021. En los tres casos, los pleitos se volvieron a disputar, después de cinco o seis años de que se dieran por última vez. 

En otras categorías, como de las 118, 130, 135 y 147 libras, las fajas no se dirimen desde mediados de 2010; y los de las 112, 140 y 154 libras se dieron en la primera década del siglo XXI. 

Factores importantes

Es cierto, las ‘peleas naturales’ y los títulos en juego siempre fueron de gran atracción, particularmente para los protagonistas, porque las bolsas eran mucho más atractivas. 

Si realmente estos dos aspectos eran parte de la fórmula del éxito del pugilismo local, ¿por qué hoy no ocurren pleitos de esa magnitud en nuestro país? 

Debemos entender, que la calidad de un boxeador no solo se mide por su récord y sus cualidades técnicas sino también, y quizás lo más importante, por quiénes ha enfrentado en su carrera. 

Uno que tiene algo que decir al respecto es el veterano periodista Rodolfo Newland, quien cubrió por mucho tiempo el boxeo local. 

“El boxeo está en uno de sus momentos más críticos. ¿Cuándo en la historia de nuestro boxeo, viste peleas estelares entre dos extranjeros que nadie conoce o pocos conocidos?”, se preguntó. 

“Eso puedes verlo en los programas de KO a las Drogas de la AMB, que lo hace para hacer atractiva su función, pero a nivel local nunca, lo que demuestra la crisis que existe”, abundó Newland. 

Aceptó que los boxeadores entrenan, pero eso no es indicativo de que haya un buen nivel, principalmente en el profesionalismo, porque “de las canteras no está saliendo nada y lo lógico es que no se puedan dar peleas de este tipo”. 

“La otra situación está en que, como la calidad ha bajado, los apoderados tratan de sacar el mayor provecho de sus boxeadores, enviándolos al matadero sin ningún tipo de experiencia o trayectoria y, a veces, les malogran sus carreras”, puntualizó. 

Recordó la época en que existió una gran expectativa por ver pelear entre ellos a Rodolfo ‘Bebe’ Francis, Reinaldo ‘Hormiguita’ Hidalgo y Rafael Ortega, y otra no tan lejana con Celestino ‘Pelenchín’ Caballero y Ricardo ‘Maestrito’ Córdoba. 

“Fueron peleas naturales porque se dio entre boxeadores muy parejos, en cuanto a cualidades y capacidad, y por ello no hubo un favoritismo claro entre uno y otro”, destacó. 

“También porque existió gran expectativa entre los fanáticos, que reclamaron este tipo de peleas para dirimir quién era el mejor. Eso es tan importante, más allá de que hubiera algún título en disputa”, precisó. 

Destacó que el pleito entre ‘Pelenchín’ Caballero y ‘Maestrito’ Córdoba en 2004, lo ganó el segundo “porque tuvo más escuela (boxística) en ese momento, pero en principio fue una pelea natural por las cualidades similares de ambos”. 

En ese choque estuvo en juego el título nacional de los súpergallos, que fue disputado por última vez en 2014, como prueba de la falta de interés que existe de los promotores porque se disputen, y de las comisiones de boxeo de que se realicen. 

Factores fantasmas

En el boxeo panameño también existen otros factores, a los que llamo fantasmas, porque no son perceptibles para el común de los fanáticos, y uno de ellos tiene que ver con los ‘pleitos arreglados’. 

En realidad, no son peleas arregladas porque haya un contubernio para que un púgil se deje ganar, sino porque los apoderados solicitan contrincantes ‘fáciles’ para sus pupilos. 

El directivo de la AMB y ex presidente de la Comibox de Panamá, Miguel Prado, dijo que esto ocurre, la mayor parte del tiempo, porque el promotor es asimismo el representante del boxeador y busca cuidar su carrera. 

“El promotor no quiere que su boxeador pierda porque es su negocio, y no va a traer a alguien donde su pupilo, por lo menos en papel, no tenga toda la ventaja, aunque después pueda ocurrir todo lo contrario”, expresó. 

Sobre el particular, dos ejemplos se registraron en la cartelera de mayo pasado en la arena ‘Panamá Al Brown’ de Colón, donde para variar, los protagonistas de la pelea principal fueron púgiles foráneos. 

En esa función, el panameño Carlos ‘Arañita’ Ortega enfrentó al colombiano Víctor Berrio (5-20), quien venía de 16 derrotas consecutivas, 10 antes del límite. Lógicamente, el paisa cayó en dos asaltos. 

El otro pleito fue entre el istmeño Azael Villar y el dominicano residente en Panamá, Yonathan Arias (17-19), quien venía de un año de inactividad y ocho derrotas consecutivas. Para no perder la costumbre, en ese choque cayó en el segundo round. 

Pero, esta situación no solo ha ocurrido en Colón, aunque las ‘víctimas’ fueron, en este caso, peleadores locales. 

En julio pasado, en el Coliseos de Combates, de Juan Díaz, el canadiense Jack Hemmings (5-0) enfrentó al chorrerano Jonathan Carmona, con récord de 0-11 y tres años de inactividad. No hace falta adivinar quién ganó. 

En ese mismo mes, pero en el centro comercial de Los Andes, el mexicano Diego Carmona (12-1, 11 nocauts) noqueó en dos asaltos al panameño Addir Sánchez, quien no gana desde hace tres años y del 2016 a la fecha, posee un récord de 2-14-2. 

Sobre el particular, lanzó varias preguntas al aire. 

¿A los púgiles extranjeros se les exige algún tipo de examen médico general, avalado por su respectiva comisión de boxeo, antes de subir al ring? 

¿A los locales se les hace o se les exige algún tipo de examen médico general, más allá de la toma de temperatura o presión arterial? 

Y, a alguno de estos señores, de récords negativos, ¿se les exige o se les hace algún tipo de prueba de suficiencia, para que este tipo de disparates no sigan ocurriendo? 

En este punto, llamo la atención de Pandeportes, máxima autoridad deportiva del país, para que tome cartas en el asunto antes de que ocurra una tragedia.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

El ‘Loma’ subió la loma y vuelve al ruedo

El Olympic Colón y el difícil trabajo de formación futbolística

La calidad pugilística mundial, en deuda con la afición