El deporte colonense pide a gritos atención gubernamental

Por Nicolás Espinosa Serrano 

Esto es lo único que queda de la Ciudad Deportiva que se comenzó a construir en Colón.

Colón es la provincia que le ha dado las máximas satisfacciones deportivas al país y, salvo contadas y extraordinarias excepciones, siempre ha sido así en toda la historia republicana. 

En su virtual Salón de la Fama reposa una presea de oro olímpica y dieciséis auténticos títulos mundiales: diez del boxeo profesional, tres en la lucha olímpica, dos en las artes marciales y una del atletismo. 

Ninguna otra provincia se ha decantado tanto en aportar excelencia y triunfos en el deporte a Panamá, pero aún así, solo ha recibido dádivas y miserables reconocimientos por ello. 

Además del hecho, que es el máximo y mejor aliado económico que tiene el Estado, al cual le aporta anualmente miles de millones de dólares a través del Canal, los puertos y la minería, entre otros. 

Las últimas semanas han sido muy difíciles para la provincia, debido a que un sector de su sociedad se cansó de escuchar los mismos cuentos pueriles del gobierno, adornados con explosivos discursos y expresiones de compromiso. 

Este era el proyecto que por 65 millones de dólares se inició en Colón y no terminó. 

Se cansó de escuchar el eslogan: “Para Colón vienen tiempos mejores”, que se pregona desde principio de este siglo para hablar de construcciones y reconstrucciones, que al término del mandato no se realizan. 

Así ha sido hasta ahora, un sinfín de promesas incumplidas. Un estadio que causaría envidia al mismo béisbol estadounidense; una Arena de Colón a la par de un Madison Square Garden; y una piscina con los carriles y metros necesarios, para tener competidores de corte mundial, dijeron.

Todo, hasta ahora, ha sido una vil y olímpica mentira. 

Huérfana de coliseos 

En sus reclamos y en sus arengas de protesta, los manifestantes, una y otra vez, reclamaron en materia deportiva la construcción de un nuevo estadio de béisbol, dejando a un lado que, desde siempre, la provincia ha estado huérfana de coliseos.

Ricardo Martinelli (2009-2014) habló de una ciudad deportiva, Juan Carlos Varela (2014-2019) de una ‘Renovación´ que incluía la construcción de nuevas instalaciones, y más recientemente Laurentino Cortizo, de un agresivo programa deportivo que, supuestamente, abarcaba toda la provincia.

 

Todo fue un sueño agridulce que tuvieron los colonenses, porque hasta ahora nada ha sido cierto, añadiendo a esta tragicomedia que con la renovación Varela, se echó abajo la estructura interna del estadio Mariano Bula y con ello, otra aledaña que albergaba a otros cinco deportes.


El complejo deportivo de Margarita podría ser un paliativo para el deporte colonense.

 

Es decir que, con la ingeniosa reconstrucción del estadio en 2017, se dejó huérfano de instalaciones a otra decena de deportistas, porque hasta ahora nada se ha movido, salvo algunos millones de dólares destinados a no se sabe qué.

 

Insisto, no solo es el Mariano Bula. También esperan reparación la piscina Hernando Ibáñez, el estadio Armando Dely, la arena Panamá Al Brown, el estadio de softbol Jaime Vélez y el complejo deportivo de Margarita.

 

Sin embargo, esto es solo dentro de la ciudad, porque en las afueras también se adolece de coliseos adecuados, lo mismo que ocurre en los otros cinco distritos de la provincia.

 

No está de más decir, que Colón nunca ha contado con una instalación deportiva de alto nivel.

 

La más suntuosa fue la Arena de Colón, que data de mediados de los años 40, y la más reciente, el estadio Armando Dely, construido a principios del año 2000, como una instalación comunitaria.

 

Millones en promesas

 

La fantasmal Ciudad Deportiva tendría un costo de 65 millones de dólares y contemplaba la construcción de un estadio de fútbol, gimnasio multifuncional, estadio de béisbol, pista de atletismo y una piscina.

 

La ‘Renovación’ Varela era menos ambiciosa y por casi menos de 15 millones de dólares, se comprometió reconstruir el Mariano Bula, el Jaime Vélez y el Armando Dely Valdés.


El estadio Mariano Bula no es el único coliseo que necesita el deporte de Colón. 

 

En ambos casos, se dejaba por fuera importantes instalaciones, como la arena Panamá Al Brown y la piscina Hernando Ibáñez.

 

Le tocó el turno a Cortizo e hizo en 2019 similares promesas, con una inversión que rondaba los 21 millones de dólares, y donde se mencionaba a los mismos coliseos, pero le añadía algunos en las afuera de la ciudad y otros en las costas.  

 

Pero, nada hasta ahora, teniendo como principal excusa a la pandemia, supuestamente responsable de la ineficiencia de los funcionarios y de la irresponsabilidad del gobierno.

 

Volviendo a lo antiguo

 

Volvamos al principio.

 

Mientras esto ocurre, hay un gran complejo deportivo de casi tres hectáreas en el sector de Margarita, en lo que se conoce como área revertida, que pide a gritos una piadosa mano que lo atienda antes de que sea pérdida total.

 

“Ese complejo está aún en posición de ser rescatado. Solo hace falta buena voluntad y un buen manejo”, señaló el instructor de taekwondo, Mario Sánchez, quien utiliza uno de los locales desde el 2009.

 

En la actualidad solo trabajan las disciplinas del tenis, taekwondo y karate, pero en opinión de Sánchez podría haber fácilmente otras nueve, siempre y cuando sea bien administrado, algo de lo cual adolece actualmente por parte de la institución deportiva.

 

Dichas instalaciones pasaron a Pandeportes en 2021, tras estar administrado por más de veinte años por una organización no gubernamental, y se habló de un convenio con la empresa privada para rehabilitarlo, pero eso no ha ocurrido.

 

Otro coliseo ‘para los leones’ es el de la Calle Sexta (Panamá Al Brown), donde llueve más adentro que afuera, carece de agua potable y las luces funcionan, a veces.

 

“Nosotros la utilizamos, aunque las condiciones no son las mejores, pero es lo único que tenemos en Colón”, dijo el profesor Eduardo Medina, directivo de la liga de voleibol.

 

Indicó que la ciudad adolece de gimnasios alternos para realizar competencias, como ocurre en otras provincias, donde los hay “casi que en cada corregimiento”.

 

Colón está a la espera desde 1985 que se le construya una piscina olímpica, con diez carriles y 50 metros de distancia, como se lo prometiera el dictador de esa época.

Pero, no es que la ciudad no cuente con alguna. En realidad, tiene cuatro instalaciones, pero ninguna es reglamentaria, así es que ninguna competencia podría considerarse para marcas nacionales o internacionales.

Una de ellas está en la comunidad de Espinar y otra en la Policía de Davis (área revertida), ambas de 50 metros, pero con poca profundidad. 

Las otras son las de Margarita, la única con partidores y de 25 yardas, y la de más reciente construcción en las afuera de la ciudad (Cativá), de 25 metros, pero sin partidores. 

En síntesis, es posible que, tras el término de la actual administración, solo se entregue el Mariano Bula, porque para otras complejas estructuras, como la Arena de Colón o el complejo hospitalario, es muy poco el tiempo que les queda. 

 

Es decir, una provincia que literalmente lo ha dado todo en materia deportiva por Panamá, es casi nada lo que ha recibido a cambio, más allá de las abundantes y exorbitantes promesas, que siempre han hecho los gobernantes de turno.  

 

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