El deporte, una herramienta para empoderar a la mujer
Por Nicolás Espinosa Serrano
El béisbol de las Ligas Mayores de los Estados Unidos ha dado pasos importantes en materia social y de género en los últimos tiempos, dándole una nueva perspectiva a una de las actividades más queridas por los aficionados al deporte.
Los Marlins de la Florida dieron la primera clarinada en 2020, cuando nombraron a una mujer en un alto puesto ejecutivo, y recientemente los Yanquis de Nueva York escogieron a otra fémina, como mánager en las Ligas Menores.
Es muy cierto que, en términos generales, las mujeres han estado por años alrededor del concierto deportivo profesional norteamericano, pero no en un papel tan protagónico como ahora.
Los Marlins nombraron a Kim Ng como su gerente general, mientras que los Yanquis escogieron a Rachel Balkovec, como mánager de los Tampa Tarpons, sucursal en Clase-A Baja.
No ignoro el hecho de que ambas posiciones son temporales, ya que dependen del desempeño y de resultados. No obstante, es un gran paso hacia el total reconocimiento de la mujer, al otorgarles papeles que antes eran exclusivos de los hombres.
También es indudable que el empoderamiento de la mujer, es uno de los grandes aportes que da el deporte a la sociedad, enceguecida en ocasiones en señalarla como incapaz de ejercer cargos de envergadura y poder.
La ex canciller alemana Ángela Merkel, quien por 16 años ejerció el máximo cargo en el país europeo, es el mejor ejemplo de esa falsa premisa, aunque la historia presenta otros extraordinarios casos en esa línea.
ONU Mujeres afirmó en 2016 que “las mujeres en el deporte desafían los estereotipos de género, se convierten en la inspiración como modelos a seguir y muestran a hombres y mujeres como iguales”.
“Las mujeres amplían las perspectivas, aportan nuevas ideas e innovaciones y llegan a nuevas audiencias”, destacó más adelante la organización en un informe.
El deporte también les da, tanto a la mujer como al hombre, la posibilidad de desarrollar exponencialmente su personalidad, y con ello, su carácter.
Ashley Sánchez, Aida Tejada y Jackeline Sáez son claros ejemplos en Panamá del crecimiento (personal y profesional), que se puede tener a través del deporte.
Oportunidad de crecer
“Las mujeres hemos logrado muchos éxitos en la rama deportiva. Hoy tenemos un rol muy importante en el deporte”, señaló Ashley Sánchez, creadora y presidenta de la Atlantic Flag Football League.
“El
ser una mujer empoderada en el deporte, me llena de mucha satisfacción, ya que
cuando me inicié jamás imaginé crecer tanto con esta disciplina”, inquirió.
Sánchez lidera una organización que reúne a más de 250 jóvenes, entre los 16 y 23 años (damas y varones), que ha estado –inclusive- en los torneos que se realizan en la capital.
Lleva diez de sus 33 años vinculada a este deporte y su atracción ha sido tan fuerte, que en 2019 creó la liga en Colón junto a algunas amigas, para motivar a niñas y jóvenes a practicarlo.
“Mi mayor satisfacción es seguir trabajando y llegar a motivar e inculcarles a más jóvenes, que todo lo que uno se proponga en la vida puede lograrse, con disciplina, esfuerzo y amor”, dijo.
“Se
ha demostrado que somos capaces de hacer cosas que creíamos que solo los
hombres podían hacer”, matizó.
La
liga está prevista iniciar actividad en marzo próximo, en el estadio
universitario Armando Dely, de Arco Iris.
Fortaleza espiritual
“El boxeo me ha brindado mayor seguridad, (porque) antes era muy penosa e inicialmente el arbitrar, era todo un reto para mí”, indicó Aida Tejada, la única mujer juez-árbitro que tiene la actividad profesional.
“El
boxeo me ha dado fortaleza espiritual, en el sentido de que uno confía más en
uno, inclusive, en el mundo varonil”, dijo.
Tiene diez años de estar vinculada al boxeo profesional istmeño, principalmente al capitalino, en los cuales ha intervenido en innumerables pleitos, como juez y como réferi.
“En 2016 participé en una pelea de campeonato mundial femenino de la AMB en Venezuela, que fue registrado en los récords Guinness porque todas las que actuamos fueron mujeres”, comentó.
“Después de eso, me sentí en otro nivel, como árbitro. De hecho, cuando bajé (del ring) me felicitaron por mi actuación”, sostuvo.
Tejada, profesional del diseño gráfico y estudiante de Derecho, busca tener ese mismo reconocimiento a nivel local, pero acepta que no es fácil.
“Me considero que estoy en un buen nivel, pero los hombres tienen más oportunidad de desarrollar sus aptitudes porque tienen más ocasiones de actuar”, explicó.
Precisó que muchas veces se les estigmatiza por ser mujeres y, por sus características físicas, se les toma en cuenta para actuar solo en peleas preliminares y de categorías pequeñas.
“Pero, por lo general, si uno se ciñe a las reglas, el árbitro se impone porque debe haber un respeto en el ring”, no importa si los boxeadores son más pesados o de un gran nivel, destacó.
No obstante, Aida está muy orgullosa de su desenvolvimiento y del respeto que se ha ganado entre sus otros 22 compañeros.
“El boxeo para mí ha sido muy bueno, me ha marcado, y he podido evaluar muchas cosas”, añadió.
Ayuda a la
personalidad
“El arbitraje me ayudó mucho en mi vida, como una carrera, en la cual el éxito fue por la disciplina que tuve y el interés de hacerlo cada día mejor”, señaló la ex réferi de fútbol, Jackeline Sáez.
Sostuvo
que siempre habrán “cosas y detalles” que la mujer tendrá que superar, pero el
asunto está en “no desistir de tus metas, prepararse y estar siempre
actualizado”.
Sáez, asesora de la Fepafut, actuó en varias copas de Oro femeninas, el mundial femenino de 1999 y en los juegos olímpicos de Sídney (2000) y Atenas (2004), como asistente arbitral.
Indicó que el trabajo que realizó durante 16 años en los torneos de barrios y en las ligas del fútbol panameño, le permitieron moldear su personalidad y con ello, su carácter.
“Porque tienes que lidiar con diferentes situaciones que se dan dentro del partido, saber mantenerte serena y tranquila para tomar decisiones, algunas a veces difíciles”, añadió.
Destacó que su actuación en el fútbol “ayudó a que mi personalidad fuera un poquito más fuerte”.
“Para
mí el arbitraje no fue tan difícil, aunque tengo que aceptar que me apoyaron
muchos los compañeros, (y) eso me ayudó en las ocasiones en que salí a trabajar
en los torneos internacionales”, apuntó.
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