‘Grillo’ Holness, el técnico que amó con pasión el baloncesto

Por Nicolás Espinosa Serrano
(Hablemosdeportes2.0@gmail.com)

 

'Grillo' Holness siempre estuvo atento a respaldar las actividades del baloncesto, como la que se registró en Colón durante un torneo de veteranos.

Hay personajes en diversos estadios de la vida que ponen su sello y, aunque en muchas ocasiones no serán las llamadas a ser las estrellas ni mucho menos los protagonistas, siempre se mantendrán en la mente de muchos y de todos. 

Ese es el caso del ex técnico de baloncesto nacional, Franklin ‘Grillo’ Holness, quien falleció en febrero pasado dejando tras de sí, un legado de amor y pasión que será muy difícil de igualar.  

Holness vivió enamorado del baloncesto. Desde chiquillo fue buen jugador, después fue técnico, luego organizador y, más tarde, maestro de decenas de jóvenes, adultos y adultos mayores. 

Pero, sobre todo, fue un enamorado de su país, al que juró defender y defendió vistiendo la camiseta nacional con garra, fuerza, lealtad y dignidad. 

Esa lealtad y dignidad que le pidió siempre a sus jugadores, a quienes, tras la charla técnica, los conminaba a que pusieran la mano en el pecho e hicieran el juramento a la patria. 

Ese es el personaje de hoy. Uno que físicamente dejó esta esquina del barrio, pero que siempre será recordado por su espíritu, su trabajo y su legado. 

Jugador excepcional

‘Grillo’ Holness vivió un apasionado romance con el baloncesto, desde que dio sus primeros pasos en las canchas de su natal barrio de El Chorrillo. 

Su estatura le permitió despuntar desde el inicio, sobresalir entre decenas de escuincles que escuchaban a los diversos instructores, que pasaron por el barrio o por el histórico gimnasio del glorioso Instituto Nacional. 

¿Sabes por qué le decían ‘Grillo’?, me cuestionó Davis Peralta Jr., en medio de la conversación sobre este artículo. De manera inesperada tomó el papel que me correspondía y casi sin darme tiempo, se contestó a si mismo. 

“Porque saltaba mucho, era muy fuerte debajo de los tableros y mucho más en la defensa”, esbozó Junior mientras su automóvil se desplazaba por las calles de la histórica comunidad de Natá de los Caballeros. 

“No llegué a ver el partido, pero ante Estados Unidos le llegó a meter arriba de 20 puntos a Bill Russell, fue un comentario que me hizo una vez mi viejo Davis”, recordó el intocable número 5 del soñado quinteto nacional. 

Franklin Holness proviene de una generación de inmaculados baloncestistas. Época en que las grandes potencias de la región, jamás se sintieron seguras de ganar ningún torneo porque, sencillamente, allí estaba Panamá.

 

Nombres como los de Rafael Jaén, Carlos Celis, Fernando Tom, Hernando Arroyo, padre, Hasket Minot, Eugenio Luzcando, Julio Arosemena, Cecilio Williams, Alfonso Frazer, Clyde Cumbertbach y Antonio Castorina, entre otros, eran los que repetían una y otra vez en los quintetos istmeños. 

De allí provenía el baloncesto que practicó e inculcó ‘Grillo’ Holness, uno que no se recoge en las esquinas, sino que se lleva por dentro, y que convirtió casi que, en leyendas a jugadores como Francisco Brown, Mario Mahoney y Ricardo Santos. 

Cuenta la historia que su vida deportiva la realizó en la máxima categoría a partir de 1951, siendo una de sus mejores actuaciones en los Centroamericanos y del Caribe de Kingston 1962, donde la selección nacional cobró la medalla de plata. 

El maestro con cariño

No obstante, al mismo tiempo que maduraba su figura como jugador, también lo hacía en su formación como futuro educador y luego instructor de una disciplina, que le trajo muchas glorias y satisfacciones al país. 

Al decir de Peralta, el ‘Grillo’ Holness “fue alma, vida y corazón para la selección de Panamá, desde que se inició como director técnico”. 

En esa dirección, el ex técnico y ex presidente de la Federación de Baloncesto, Hernando ‘Nando’ Arroyo, hijo, recordó el trabajo que hizo Holness como técnico en las ligas locales y en su labor como educador físico. 

Arroyo rememoró su época de estudiante en el Javier y la rivalidad que existió siempre con los equipos de La Salle, ya fuera en las canchas colegiales o de los barrios de San Francisco y Parque Lefevre. 

“El profesor que hizo ganar en varias ocasiones al colegio La Salle fue el ‘Grillo’ Holness, a quien vi trabajar con varias generaciones de estudiantes”, señaló. 

“Cada vez que íbamos a jugar con La Salle eran disputados los partidos, y al ‘Grillo’ lo veía como un tremendo entrenador, pensando que algún día podría obtener algún tipo de conocimiento de parte de él, pero no sucedió”, añadió. 

Sin embargo, ambos coincidieron en el Primer Circuito Superior de Baloncesto (1980-1981), que organizó la federación que lideró Rodolfo ‘Fifi’ Tom, donde Arroyo dirigió a Seguros Chagres y Holness al Seguro Social. 

“Allí conocí un poco su forma de dirigir con mucha pasión, al igual que de su patriotismo, que escuché de los propios jugadores que tuvo en la selección”, sostuvo. 

“Es decir, que de la misma manera como podía cantar el himno al baloncesto, de igual forma hacía el juramento a la bandera o plegarias antes de un partido”, agregó. 

Arroyo puntualizó que “tenía una manera muy especial de hablar, clara, directa, nada cariñosa, pero era de los que se dejaba entender y respetar”.   

Amor a la patria

Junior Peralta nos dijo que fue el ‘Grillo’ quien le dio su primer empujón hacia el estrellato, cuando fueron a un torneo centroamericano en Honduras en 1964. 

“Fue la primera persona que me dio la oportunidad de pertenecer a la selección de Panamá, en un torneo en Honduras”, indicó. 

Recordó que, en esa ocasión, Holness lo seleccionó a pesar de que ya tenía el quinteto para la competencia. 

“¿Cómo va a ser eso?, le pregunté, y me contestó: ‘No te preocupes, tú vas a jugar, porque he visto que lanzas contra el viento y anotas, quiero que me digas cómo lo haces’ y no se equivocó”, narró el ex jugador nacional. 

Davis Peralta, al igual que muchos de los talentos que destacaron en el baloncesto istmeño, jugaron en la liga ‘Víctor Thomas’, de Parque Lefevre, que era consideraba la más difícil después de la distrital. 

Allí fue dónde lo vio jugando Holness para el equipo del Chorrillo. “No se equivocó Holness”, recalcó Peralta. “Salimos con la medalla de oro y yo como campeón de tiros libres, empatado con un guatemalteco”. 

Considera que el ‘Grillo’ fue uno de los máximos exponentes del baloncesto, y tanto dentro como fuera de la cancha fue un ejemplo. 

“Quería tanto a su país, que en el camerino nos hacía levantar la mano derecha para jurar por la Patria. En una ocasión le pregunté el por qué y me contestó: ‘Es para que nadie se venda o le dé la espalda a Panamá’, esas palabras me hicieron ver un panorama diferente”, destacó. 

“Esto me hace recordar la primera Copa Latina en que participamos. El equipo nacional estaba mermado, pero antes del primer partido, hizo una arenga en el camerino y nos dijo que éramos los mejores jugadores que había en Panamá”, precisó Peralta. 

“Eso tuvo tal efecto en nosotros que nos ganamos la Copa, a pesar que no teníamos el equipo para hacerlo”, añadió. 

Así fue la pasión que tuvo y transmitió Franklin ‘Grillo’ Holness por el baloncesto. 

(Este artículo fue publicado el martes 25 de mayo en La Estrella de Panamá).

Comentarios

  1. Orgullosamente institutor, generación de los campeones, maestro y como siempre se aprende en el Nido de Águilas, el amor a la patria es primero

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