Los gobernantes y sus despropósitos con los colonenses

Por Nicolás Espinosa Serrano
(hablemosdeportes2.0@gmail.com)

La provincia de Colón tiene todos los atributos para ser independiente en todos los sentidos, principalmente el económico, pero quienes han posado sus garras en ellas desde tiempos inmemorables, no permiten que levante cabeza, frente al silencio cómplice de sus autoridades locales. 

Pareciera el inicio de una novela o la entrada para un artículo con matices económicas, pero no es así. Es la cruda realidad de una región, que ha logrado sobresalir en todo y no es que sea la mejor del país, pero es una de ellas. 

Lamentablemente, los gobernantes solo hacen amagos de querer resolver los problemas, pero la realidad es que son parte de ellos. A Colón le viene bien las frases de ‘amagar y no dar’ y ‘tirar la piedra y esconder la mano’, porque así son los gobernantes con ella y, no se olviden, con la descarada complicidad de sus autoridades locales. 

A todos los que buscan acabar, de una forma u otra, con las injusticias que en esa provincia se suceden diariamente, los estigmatizan, los señalan y les colocan una negativa vestimenta, de la cual no se libran hasta que queden completamente silenciados o cierren sus ‘bocazas’, como dirían los medios de comunicación, otros cómplices del drama y de la trama que se yergue sobre esta población. 

Y, no es que algunos no tengan bien ganada su fama, porque ‘el colonense es así y por ello debemos demostrarlo’. Nada tan falso como un balboa en papel moneda, pero hay que mostrarse así: ‘rufianes, violentos y bocazas’ porque es la única forma que el poder y los intereses económicos entienden. Sin embargo, no es así. 

Ese papel de gánster barato que suelen adoptar en nada ayuda, por el contrario; nos mantiene ese estigma de maleducado, grosero e ignorante, y permite que toda la reclamación por justa y legal que fuera sea desestimada de raíz, con la complicidad de las autoridades locales y, nuevamente, de los medios de comunicación a las órdenes del poder económico. 

¿Ejemplos? Las protestas de los trabajadores portuarios. Fue tal el trabajo hecho por los medios, que hasta se pensó que las empresas portuarias tenían la razón y se irían indignadas ante tanta ignominia. ¡Qué va, hermanito! 

Los ofendidos empresarios decidieron negociar. ¿Por qué? Porque la riqueza es mayor y, entre muchas cosas, no tenían la razón, pero las autoridades, en esta ocasión las nacionales (Ministerio de Trabajo, Autoridad del Canal, Autoridad Marítima) mirando hacia otro lado, siempre lo hacen, porque eso atenta con parte de su parte del pastel. 

Así, más o menos, funcionan las cosas en Colón y, con la complicidad de las autoridades locales, lideradas por los chicos maravillas. 

En octubre pasado, el entonces director de Pandeportes prometió que los trabajos en las instalaciones deportivas se iniciarían dos meses después. En enero, el presidente dijo ante la Asamblea de Diputados algo sobre Colón, donde también se refirió al principal coliseo de la ciudad. 

Meses después, seis para ser exacto, no se ha hecho absolutamente nada. Al menta’o director lo echaron y pusieron a otro, que tal vez llegue algún día a la ciudad y tire nuevamente la cinta, “que la empresa que construía ya no quiere hacerlo y que está echa’a en cuatro en medio de los terrenos, porque de allí nadie la mueve”. 

En el ínterin, Pandeportes tomó la administración del complejo deportivo de Margarita, desalojó a las pocas disciplinas que utilizaban los locales, dizque para remodelarlas, pero se hará cuando consiga un socio financiero, porque no hay dinero para hacerlo, porque el que tienen es para financiar a quienes no han dejado de viajar a pesar de la pandemia. 

Entre tanto, en Ciudad Gótica, digo en la ciudad de Colón, dirigentes deportivos preocupados por la violencia, la deserción escolar, la desidia y el ocio, entre otros tantos males, buscan alternativas para brindar actividad a los niños.

Están utilizando el Paseo Marino, de calle Primera, para organizar partidos de fútbol, de básket, de voleibol y de cualquier otra cosa, con la intención de tener a los niños ocupados, a esos a quienes en verdad hay que resguardar. 

Pero, lo están haciendo de manera secreta, pocos saben de estas reuniones, ya que temen que si es del conocimiento de Pandeportes o de las autoridades locales, los desalojen y cerquen el área, con barreras de techos o cintas amarillas que digan: “Peligro, área dónde se pretendía dar esparcimiento y distracción a los niños. No pasarán”. 

Así hicieron con el Roberto Mariano Bula, el Jaime Vélez, el gimnasio de boxeo, la piscina Hernando Ibáñez y el complejo deportivo de Margarita. 

Así de peligroso es tratar de hacer deporte en Colón.