UNA REFLEXIÓN SOBRE CHRISTIANSEN Y SU AVENTURA CARIBEÑA

Por Nicolás Espinosa Serrano
(hablemosdeportes2.0@gmail.com)



Si el deporte se mide por los resultados, debemos admitir que la selección mayor de fútbol cumplió con su cometido en República Dominicana. Fue a buscar los seis puntos en disputa y regresó con ellos. 

¡Ah! Que el asunto es que técnicamente la escuadra estuvo para los leones, eso es otra cosa. 

Después de los resultados frente a Barbados (1-0) y Dominica (2-1) he escuchado a algunos ‘expertos’ sostener que: “Los caribeños siempre nos complican” y nos hacen recordar el 0-2 ante Bermuda como local, en la cuasi era del ‘Toló’ Gallegos. 

En realidad, el técnico Thomas Christiansen ha llenado su cometido. A las patadas, es cierto, pero los ha cumplido. 

Me parece que los que están en deuda son los jugadores, que estuvieron en uno y otro encuentro en Santo Domingo. No fallaron más oportunidades de gol porque el partido solo dura 90 minutos, porque las ocasiones sobraron. 

Si miramos detenidamente el encuentro con Barbados, debió terminar por goleada, pero no fue así; y frente a Dominica debió sostenerse un marcador más contundente. 

Christiansen no estuvo en la cancha para teledirigir los disparos o como mínimo, mover el arco contrario arriba o a los lados, según la patada desarticulada de alguno de sus pupilos. Ese no es su trabajo. 

Y aquí es dónde quiero llevar este apunte. Si de algo le han servido estos dos encuentros al técnico, es que por más relevante que pudiera sonar algún nombre, algunos no están listos para una selección y, se hace necesario, llevar a algunas figuras del pasado reciente. 

Dicen que los técnicos del fútbol sobran, principalmente en las gradas, pero eso es natural. Además, quién paga los emolumentos de estos jugadores es el Estado, es decir; todos los que en este terruño pagamos impuestos. 

En síntesis, ellos son nuestros empleados, por lo que se tiene todo el derecho de criticar y cómo les parezca. En ese sentido, no hay experto, ni siquiera los que dicen conocer el deporte desde sus entrañas, sino que hay muchos expertos. 

Ahora bien, volviendo al punto. No podemos seguir con un equipo correlón, eso no es fútbol; no podemos seguir con atacantes sin carácter, determinación y sin olfato de gol; y tampoco podemos seguir sin una pausa, que nos permita llevar el ritmo del partido. 

El fútbol no es un juego de tenis, ni de campo ni mucho menos de mesa, en donde la pelota va de un lado a otro en segundos, aunque hasta en estas dos disciplinas hay un tiempo en el vacío (así lo describo), en el que los contrincantes se dan una tregua para meditar su próximo envío. 

Es por ello que siento que Christiansen debe repasar nuevamente su listado y, además, consultar con técnicos locales, sobre lo que han visto hasta ahora en la escuadra nacional. 

Una vez uno de los asesores del dictador Torrijos, no recuerdo si Rómulo Escobar Bethancourt o Juan Materno Vásquez, le dijo: “Quien más consulta, menos se equivoca” y tenía razón. 

La aventura dominicana fue apenas un primer paso, que ha permitido ver las enormes falencias que tiene el equipo, principalmente que no concreta aunque tenga la meta contraria libre. 

La próxima etapa será en junio, por lo que el técnico tendrá dos importantes meses para reconfigurar su equipo, adicionar jugadores y eliminar otros, pero principalmente para saber dónde está parado con lo que tiene. 

El fútbol le hizo un primer llamado a Thomas Christiansen; que no espere el segundo, porque podría costarle el seguir adelante en la expedición a Catar 2022.

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