Un encuentro con el ‘Kid’, Antonio Cervantes, en Medellín
Por Nicolás Espinosa Serrano
La primera y única ocasión en que he tenido en mi mano, un anillo del salón de la fama del boxeo internacional de Canastota, fue en 1998 en Bangkok, en el marco de la convención de la AMB, y le pertenecía al ‘Kid’ colombiano, Antonio Cervantes.
El colega colombiano Estewil Quezada era su custodio y un día cualquiera me lo enseñó y me permitió probármelo. Aunque pareciera increíble de creer, tuve en mi poder esa valiosa pieza primero que su legítimo dueño.
Estewil me contó que un dirigente de la organización se lo había dado, para que se lo entregara al ex monarca una vez estuviera en suelo paisa. En ese tiempo, Cervantes tenía muchos problemas de índole personal, entre ellos, el alcohol, que le impidieron estar presente en la ceremonia.
Recordando ese pasaje, me puse en contacto con Quezada y le pregunté por el ‘Kid’. “Afortunadamente está bien. Vive en Turbaco, cerca de Cartagena. Va para nueve años que no consume alcohol”, me contestó.
¿Y el anillo?
“Ese anillo se lo di a Pambelé en una ceremonia especial. Él lo dio a la Gobernación de Bolívar en custodia y luego, se lo regresaron. Me dijo que lo tiene guardado”, señaló.
Todo este cuento viene a colación porque estaba revisando unas fotos de una pequeña cámara que tengo, y allí encontré las fotos que le hice en 2017 en Medellín, cuando ambos coincidimos en la convención anual de la AMB.
En el congreso, donde se le rindió homenaje, tuve la oportunidad de conversar en dos ocasiones con él. La primera de ellas haciendo de cuasi camarógrafo del colega Elisinio González, de EPASA, y al día siguiente, cuando nos acompañó el ex monarca venezolano Betulio González.
En ambas ocasiones me asombré de la mente fotográfica que poseía Pambelé, al rememorar sus dos pleitos con el panameño Alfonso ‘Pepermint’ Frazer y alguno que otro pleito de su exitosa carrera.
Mi asombro fue grande porque había leído con anterioridad que estaba afectado por el mal de Parkinson, y que divagaba en ocasiones. No obstante, salvo cierto temblor en sus manos y al caminar, supo responder y mantener siempre una conversación coherente.
En esa primera oportunidad, nos dijo que ‘Pepermint’ le había resultado un duro contendor en la primera pelea, pero en la segunda, con la seguridad que te da el ser campeón del mundo, las cosas fueron muy diferentes. Le tenía la medida, como un sastre a un habitual cliente.
También nos comentó que toda su vida profesional se la pasó esperando el combate con el ‘Mano de Piedra’, Roberto Durán, que por cierto en ese momento estaba siendo entrevistado en el otro extremo del lobby del hotel, donde se celebraba la convención.
Que siempre estuvo convencido de dos cosas. Que el apoderado del ‘Cholo’ (Carlos Eleta) era quien no quería el combate y que, si se hubiese dado el pleito, le hubiera ganado.
¿Por qué vía?, le pregunté.
Se me quedó mirando, como quien piensa un poco la respuesta antes de contestar. “Le ganaba por cualquier vía”, me contestó con una media sonrisa, que pareció más una mueca.
La segunda ocasión en que nos vimos, el diálogo fue mucho más informal y, toda la atención se proyectó en el venezolano Betulio González, quien llegó a saludar a la leyenda latinoamericana.
Ambos se hablaron como si se conocieran de toda la vida, y se preguntaron mutuamente por sus estados de salud. Fue un gran momento que logré captar, aunque no con la nitidez adecuada, con mi pequeña cámara.
Quise preguntarles varias cosas a ambos. A Cervantes sobre Wilfred Benítez, y Aaron Pryor, y a Betulio sobre Miguel Canto y Luis ‘Naja’ Ibarra, el panameño que llegó a destronarlo, pero llegaron otros amigos del vale y la conversación derivó en otros temas.
A Pambelé lo vi en otras ocasiones más, pero lo noté fatigado y no quisimos molestarlo.
Esto es apenas un recuerdo de nuestro encuentro con el ‘Kid’,
imagínense si lo hubiéramos entrevistado con todas las de la ley. Eso quedará
para otra oportunidad.
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