PANAMÁ NECESITA UN SALÓN DE LA FAMA EN CADA PROVINCIA

POR NICOLÁS ESPINOSA SERRANO
(hablemosdeportes2.0@gmail.com)

Los pueblos a lo largo de su particular historia han realizado múltiples proezas, que han cimentado su idiosincrasia, su esencia como nación, que al final les ha permitido tener un sentido de pertenencia.


En cada rincón del país debiera existir un local donde rendir tributo a nuestros héroes deportivos.

Esto ha sido así en diferentes tópicos de la vida, desde las ciencias, las artes, la cultura, hasta el deporte, cada una de ellas aportando su granito de arena para afianzar ese sentido de lo propio.

El asunto está en que los años transcurren y los sucesos se amontonan por decenas, por lo que los aspectos más importantes deben ser atesorados en un lugar privilegiado, donde dichas historias puedan ser contadas.

El sitio ideal debe ser un museo o lo más parecido a ello, para que las crónicas expresadas en indumentarias, mobiliarios, fotografías y cuadros, entre otras, sean preservadas y, alguna vez, contadas.

Panamá tiene algunas de estas locaciones, principalmente en el interior del país, y es fascinante toda la información que se puede lograr a través de estos elementos que, en la mayoría de los casos, a boca de jarro te narran una historia.

Lamentablemente, ninguno de ellos tiene algo que ver con el deporte, ninguno de los tantos o tan pocos, tiene la posibilidad de narrar esa historia tan rica e interesante, que jamás han tenido algunos países mucho más grandes en territorio y demografía. 

Dos centurias después de nuestra primera independencia y tras fantásticas actuaciones de Reginald Bedford, Carlota Gooden, Óscar Layne, Carlos Chávez, Aura Morales, José Lombardo y Francisco Brown (¿han oído hablar de ellos?), es penoso que no haya un lugar donde conocer de sus logros.

MUSEOS LOCALES

 

Ahora, permítanme una reflexión. Panamá no necesita un salón de la fama, necesita varios y no importa si lleva ese nombre u otro, como el de pabellón deportivo.

 

El hecho está en que la historia deportiva istmeña es tan abundante, que hace falta no solo el lugar donde se debe exaltar al atleta que, por decirlo de una manera, se ha volado la barda y ha escrito líneas memorables, sino también al que ha sido primerísima figura de su provincia.

Un pabellón que tenga suficiente espacio para destacar a los mejores de todos los tiempos, así como un área específica para cada deporte.

Es decir, un sitio nacional donde conocer la historia de Lloyd LaBeach, de Idelfonso Lee y José Díaz, de Panamá Al Brown y Eusebio Pedroza, de Ricardo Torres y Eileen Coparropa, y de Eduardo Campbell y Segundo Olmedo, solo por mencionar algunos.

Pero, también un lugar en cada una de nuestras provincias, donde aparezcan sus particulares héroes y se puedan conocer las historias de, por ejemplo, Alfonso López y Ricardo Salas, en Darién; de Miguel Meza y Elena Robinson, en Colón; y de Alejandro Chávez y Alexis Caballero, en Chiriquí. 

Asimismo, de Wanelge Castillo y Héctor Ávila, padre, en Herrera; de Rodrigo Luque y Herminio Hildago, en Veraguas; de Tomás Rodríguez y David Rivas, en Coclé; de Emilio Castro y Arquímedes Jaén, en Los Santos; de Andrea Ferris y Agustín Sánchez, en Panamá Oeste; de Francisco Gutiérrez y Ricardo James, en Bocas del Toro; y de July Andrade y Ramón Mena, en Panamá.

Sin duda, en estas listas también deben incluirse técnicos, entrenadores, dirigentes y otros, algunos de ellos extranjeros, que han contribuido en diferentes instancias a que el deporte panameño sea especial.

Panamá tiene una bella historia deportiva, al igual que encontramos en otras áreas de nuestra cultura, y es por ello que es necesario y urgente que algún gobierno se digne crear un especial espacio que, como 'un cuentacuentos', narre sus interesantes hazañas.

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