LUIS ROSSI, AUTODIDACTA DEL SALTO CON PÉRTIGA

POR NICOLÁS ESPINOSA SERRANO
(Hablemosdeportes2.0gmail.com)

Luis Rossi acaba de fallecer a los 81 años. Fue un entusiasta de los deportes, principalmente del atletismo, especialidad que practicó hasta que sus fuerzas físicas se lo permitieron. 

Podría decirse que fue un autodidacta de una disciplina, que se abría paso al mundo al tiempo que lo hacía con la tecnología. Nos referimos al salto con pértiga o garrocha. 

Sus inicios se registraron siendo apenas un pequeñín, cuando participó en unas competencias de carreras y saltos del colegio Javier, que organizó el padre Medrano. 

Su talento para el deporte fue tan obvio, que el sacerdote no solo lo conminó a seguir, sino que, para entusiasmarlo, le regaló una pértiga de bambú. 

El jovenzuelo de 12 años no perdió mucho tiempo y una vez en su casa, se dirigió al parque Urracá, donde preparó una especie de fosa, y adecuó unos palos para que sirvieran de postes, unos, y de nivelador, un tercero. 

Las cosas no fueron nada fáciles, sobre todo porque entrenaba solo; es decir, no tenía con quien hablar sobre sus obstáculos o progresos, ni mucho menos un instructor que lo pudiera guiar, así es que en sus inicios todo le costó el doble de tiempo y esfuerzo. 

“No tenía a nadie que me enseñara, así que fui experimentando con las diferentes alturas, hasta que llegó un momento en que tuve dificultad para pasar la improvisada barra. Le fui cogiendo el golpe y mayor confianza”, recordó en alguna ocasión. 

Etapa de experimentación 

Rossi se convirtió en un cuasi experto del saltó con pértiga, buscando literatura sobre la materia y conociendo un poco más sobre el atletismo. 

Es importante destacar que el salto con garrocha hasta los años 50, se practicó con una barra de bambú o de metal y, en ese sentido, Rossi comenzó a buscar mayores elementos para mejorar en su deporte. 

Luis Rossi trató siempre de mantenerse en forma y brindó sus experiencias a los jóvenes atletas.

Esa curiosidad lo llevó, en pleno apogeo de su juventud y partícipe de la actividad, a hacer contacto con los señores Herb Jenks y George Moore, éste último inventor de la garrocha de fibra de vidrio. 

En tanto que Jenks fue el creador del Sistema de Flexión Universal, unos números que van grabados en una etiqueta, colocado casi que en el mango de la pértiga. 

Jenks y Moore trabajaban para la compañía Sky-Pole, donde contaban con un control de datos, y cada vez que Rossi hacía contacto con ellos, le preguntaban sobre sus progresos, y le enviaban implementos que el entonces atleta capitalino tenía que pagarse. 

El entonces inquieto atleta no solo se decantó por el salto con pértiga, del cual fue su mejor exponente en Panamá por mucho tiempo, sino que se adentró al mundo del atletismo al competir en el decatlón, prueba indudablemente para valientes. 

Ostentó la marca nacional de salto con pértiga con 4,42 metros hasta 1999, y marcó otras a nivel personal en los 100 metros plantos (11.6 segundos), 400 metros (52.6 segundos), 1,500 (5:26 minutos), 110 con vallas (11.6 segundos) impulsión de la bala (12,35 metros), disco (39,69) y jabalina (46,55). 

Su andar lo llevó a representar a Panamá en diversas competiciones internacionales en Veracruz (México), Bucaramanga (Colombia) y Cuba, así como en juegos Centroamericanos y del Caribe, Panamericanos y Olímpicos. 

En los Centroamericanos y del Caribe en 1970, acá en Panamá, quedó en el cuarto lugar del salto con pértiga, detrás de Cuba, México y Puerto Rico. 

En 1975 participó en un centroamericano de atletismo en Costa Rica, el cual marcó su despedida de las pistas a nivel internacional, ya que siguió su actividad atlética en diversas competiciones. 

Rossi nunca dejó de considerarse un atleta y, la verdad, es que siempre lo fue.