JOSÉ NÚÑEZ, UN FILÓN AL QUE HAY QUE PULIR
POR NICOLÁS ESPINOSA SERRANO
(hablemosdeportes2.0@gmail.com)
Hace poco conversé con el ex pugilista y amigo Rafael Williams, quien desde hace algunos años reside en Atlanta, Estados Unidos, sobre diversos temas, principalmente de boxeo.
En medio de la conversación, le recordé el pleito que sostuvo en Colón con el capitalino Rodolfo Aguilar, quien también vive en los Estados Unidos, en los últimos años de la dictadura ‘milica’ de Paredes y Noriega.
“Fue buena pelea, pero muy difícil. Siempre tuve problemas con los zurdos”, me señaló Rafa. Después de ello, me cuestionó sobre la actividad boxística en Panamá. ¿Qué prospectos hay?, fue una de sus preguntas.
En ese momento, traté de repasar los nombres de quienes hoy asumen el papel de gladiadores. Casi un año sin ningún tipo de actividad, a mi mente llegaron los nombres de Jaime Arboleda, quien acaba de ser noqueado, Bryan De Gracia, Rafaelito Pedroza y un par más.
“No hay muchos”, fue mi respuesta. “Y si me preguntas por una figura para campeón, mucho menos”, le agregué.
Todo esto viene al cuento por el pleito que no hace mucho sostuvo el capitalino José ‘El Magnífico’ Núñez en Connecticut, y que terminó en empate. Fue un buen combate, pero todos (incluyendo los comentaristas que transmitieron para Espn y Showtime) vimos ganar al istmeño, menos dos de los jueces.
Más allá del resultado, que por lo menos le permitió a Núñez mantener su condición de invicto (11 victorias, dos empates), la refriega da para tocar algunos aspectos del valiente púgil, que nunca se dejó amedentrar por un contrario que fue a ganar como fuera.
Primero diré lo que me gustó de Núñez. Está por demás decir que sus 22 años, le augura muchos éxitos, si es bien llevado; también está el hecho de que nunca se rajó ante la, a veces, fogosa actitud de su contrario, a pesar de que debutaba en el exigente mercado estadounidense.
Hay boxeadores que ese entorno los ahoga y están perdidos, sin que haya tocado la campana del primer asalto.
Supo sobrellevar al armenio, administró sus energías para los ocho asaltos pactados, trabajó al contragolpe, como es su característica principal y se movió muy bien con los laterales, tratando de evitar que su contrario lo acorralara.
Eso habla muy bien del que hoy considero un verdadero prospecto de exportación.
Ahora, para que este prospecto sea considerado una verdadera promesa campeonil, va a ser necesario que los responsables de su carrera trabajen su aspecto técnico y un poco en su actitud arriba del ring.
Lo vimos ganar, es cierto, pero ante un rival cuya mejor carta de trabajo fue su valentía, pero carente de toda técnica y confiado en que derrotaría a su rival, más que todo con su fogosidad. Muy básico para mi gusto.
El futuro podría mostrarse promisorio para Núñez, pero también lleno de difíciles variantes, principalmente, en las categorías en las que habitualmente pelea (pluma y súper pluma), donde lo que abunda es mucha calidad en el exterior.
La hoja de servicio de Núñez nos dice que no tiene una pegada contundente, con apenas cuatro victorias antes del límite en 13 combates (30.7%), que es un boxeador precisado a hacer uso de mayores recursos boxísticos (jabs, laterales y mucho movimiento) y que tiene una limitada defensa.
Es decir, que las múltiples ocasiones en que se paró a fajarse en el pleito de Connecticut y que le dio muy buenos resultados, sobre todo con golpes en el ‘depósito de los comestibles’, fue porque se vio ante un rival al que superaba técnicamente hablando.
Pero, esto no ocurrirá siempre. Núñez tuvo la suerte que los volados o ganchos lanzados por su contrario no fueron contundentes, porque cualquier otro con una mediana pegada podría llevárselo por nocaut y, como destaco un poco más arriba, su agilidad para esquivar golpes con su limitada defensa (guardia baja), es cuestionable.
El empate mayoritario podría verse como una victoria, si tomamos en cuenta factores como que, era su debut en Estados Unidos y que su rival dio también mucha batalla.
No obstante, todavía hay mucho que aprender por parte de José Núñez y, a mi parecer, tendrá que hacerlo en forma acelerada, porque la impresión favorable que dio -eso es indudable- nos indica de que muy pronto volverá al tinglado y, en esta ocasión, podría ser ante un rival mucho más pícaro, con mayores recursos, con una pegada respetable o que sencillamente, llegue con mentalidad ganadora.
De Núñez vimos
cosas buenas, pero apenas es un filón al que hay que pulir.
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