La Arena de Colón, templo de inolvidables campeones
Por Nicolás Espinosa Serrano
Esta semana vi, una vez más, la película ‘Cinderella Man’, protagonizada por Russell Crowe y la guapísima Renée Zellweger, que trata sobre la vida del boxeador estadounidense James Braddock, quien llega a campeón mundial en la máxima división.
Casi que al final de la película, cuando Braddock sale de los camerinos para enfrentar al monarca Max Baer, se muestra una panorámica del antiguo Madison Square Garden y no sé por qué, mi mente me retrotrajo a la Arena de Colón.
Pero, no hablo de esa que también conocemos como
‘Panamá Al Brown’ y que se yergue casi que, de manera desesperada, entre sus
ruinosas raíces.
Me refiero a la que hasta finales del siglo XX, fue utilizada para los grandes pleitos del patio.
No había necesidad que hubiera título alguno en juego, ya que el solo mencionar los nombres de los protagonistas, era sinónimo de llenos ‘a rabiar’ y de un espectáculo repleto de trompadas.
No entiendo por qué se dejó perder. Soy consciente de que los tiempos cambian y que hoy lo que garantiza el éxito económico en una función, no es solo la cantidad de público que asista, sino el número de patrocinadores que logre el promotor, y esta condición obliga a un lugar de mayor lujo.
Además, no es solamente contar con un local en donde presentar el espectáculo, sino de tener el espacio necesario para utilizar mesas y ofrecer algo más que bebidas.
No obstante, siento que era una buena plaza para este tipo de espectáculo, principalmente en un pueblo como el de Colón, donde las actividades lúdicas no sobran y donde la presencia del fanático estaba más que garantizada, si se presentaban buenas carteleras.
Ahora, ¿Quién la dejó perder? Definitivamente que las últimas administraciones gubernamentales, que han dejado morir en su miseria estructural, un escenario que fue testigo de grandes espectáculos y que muy bien podría seguir siéndolo.
Es muy posible que abogados de ya saben quién o defensores despistados, salgan a decir algo así como, ‘pero sí todavía se utiliza”.
Sin embargo, cualquiera que conozca su realidad, principalmente los propios colonenses, es consciente que es un coliseo carcomido por el tiempo, y la ignorancia y desinterés gubernamental.
Los campeones, una historia
La Arena de Colón es una instalación con historia,
ligada en una forma u otra a la gran mayoría de los campeones mundiales, que ha
tenido el boxeo profesional istmeño.
Sirvió de marco para el debut de algunos de ellos, como fue el caso de los capitalinos Roberto Durán, Rafael Ortega, Hilario Zapata, Víctor Córdoba y Rafael Concepción.
Es lógico que no incluyo los nombres de los monarcas de origen colonense, porque casi todos iniciaron sus carreras allí, a excepción de Ismael Laguna, Jorge Luján, Luis Ibarra y Guillermo Jones.
Laguna, Luján y Jones debutaron en gimnasios de la ciudad capital e Ibarra en el gimnasio Claudia Lowe, del colegio Abel Bravo, en la que fue su antigua sede en la ciudad de Colón.
También fue el escenario del último encuentro en sus carreras de los ex campeones Alfredo Layne y Vicente Mosquera.
Hay otro aspecto del vetusto gimnasio del que me percaté al realizar la investigación para este artículo, y es que fue el escenario de los últimos pleitos de algunos monarcas antes de viajar al exterior a una pelea de título.
Este fue el caso de Ismael Laguna, Ernesto Marcel,
Jaime Ríos, Luis Ibarra, Guillermo Jones, Santiago Samaniego y Pedro Alcázar.
Laguna venció a José Luis Vallejo antes de ganar su segundo cetro ante el californiano ‘Mando’ Ramos, mientras que Marcel venció a Manuel Roque, previo a su pleito con el japonés Kuniaki Shibata, con quien empató.
Le tocó el turno un poco después al colonense Jorge Luján, quien se despidió de la fanaticada panameña venciendo al colombiano Jaime Ricardo, antes de su choque con el mexicano Alfonso Zamora por la faja mundial gallo.
Un poco más tarde, Jaime Ríos le ganó al nicaragüense Humberto Mayorga antes de su infructuosa pelea con el nipón Yoko Gushiken, por la faja minimosca.
El colonense Luis Ibarra peleó dos veces en el coliseo previo a sus victorias en pleitos de cetros mundiales. Primero a Andrés González y después a Máximo Rodríguez, antes de vencer, respectivamente, a Betulio González y Santos Laciar.
Por su parte, Guillermo Jones dio cuenta del venezolano David Noel antes de empatar en Estados Unidos con el francés Laurence Boudouani, en la disputa del cetro súper welter.
Santiago Samaniego realizó dos pleitos previos a su encuentro por el título mundial welter. El primero lo hizo en la Arena frente al colonense Javier Castillo, y después peleó en Estados Unidos.
Tras esos dos encuentros, llegó la titular con el francés Mamadou Thiam, a quien noqueó.
Finalmente, el darienita Pedro Alcázar se midió al colombiano Alfredo Toro en la Arena antes de su pleito frente al mexicano Fernando Montiel, con quien perdió la faja súper mosca.
Favorito de extranjeros
Si bien el principal coliseo para el boxeo fue el Estadio Olímpico (Juan Demóstenes Arosemena), no es menos cierto que la Arena de Colón era el favorito de algunos empresarios.
Esta particularidad, permitió que se presentaran grandes luminarias del boxeo internacional, como los estadounidenses Sandy Saddler, Joe Brown y Davey Moore, el cubano Ultiminio ‘Sugar’ Ramos y el sueco Ingemar Johanson.
Saddler enfrentó en la Arena de Colón a los capitalinos Kid Zefine y Aquilino Allen en 1948, dos meses antes de que obtuviera la corona pluma del mundo en el Madison Square Garden.
Brown, entre los años de 1954 y 1955, pasó a ser un colonense más, ya que en ese tiempo realizó seis encuentros en la Costa Atlántica.
En 1954 enfrentó a Federico Plummer y Wilfredo Brown y al año siguiente, meses antes de que alcanzara el título ligero, venció a Tito Despaigne, Bobby Rosado, Tony Armenteros y Junius West.
Ese año de 1955 llegó a suelo colonense otra estrella del boxeo mundial, el estadounidense Davey Moore, quien cuatro años después se coronaría en la división pluma.
Moore enfrentó a los colonenses Isidro Martínez y Pedro Tesis, perdiendo con el primero y ganando una decisión con el segundo.
En tanto que el gigante sueco Johansson hizo un pleito de exhibición en la Arena, meses después de que venciera en 1959 al norteamericano Floyd Patterson, estando en juego el título pesado.
Johansson y Patterson pelearon en dos ocasiones después de ello, ganando el segundo los otros dos pleitos.
La historia más conocida es la de ‘Sugar’ Ramos, quien efectuó tres encuentros en Panamá, el primero de ellos en la Arena de Colón, donde enfrentó al monarca pluma del Istmo, Jesús Santamaría, en 1960.
Dos años después se coronó monarca de las 126 libras al noquear precisamente al estadounidense Davey Moore.
Hay muchos otros acontecimientos acaecidos tras erigirse en la Calle 6, entre las avenidas Balboa y Del Frente, el otrora majestuoso escenario, inclusive de famosos cantantes y artistas, como el boricua Daniel Santos y el cubano Leopoldo Fernández ‘Trespatines’.
Pero, esa es otra historia.
Que buenos recuerdos. Debes escribir la verdadera historia del boxeo panameño. Tu memoria y archivos serán buena base para lograr con éxito el realizar este trabajo. Saludos y cuídese.
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