El complejo deportivo de Margarita, un complejo problema en Colón
Por Nicolás Espinosa Serrano
Vista del local del taekwondo en el complejo de Margarita.
Ruidos ensordecedores de enormes máquinas trabajando, marejadas de polvo por doquier y decenas de trabajadores de la comunidad alrededor de la obra, es el panorama que los colonenses esperaban ver en el estadio Mariano Bula, tan pronto el gobierno dio la pistolada de partida para reiniciar los trabajos.
Digo, por lo menos fue la impresión que dieron las palabras del presidente Laurentino Cortizo, cuando ese 5 de noviembre habló de ello y de otra decena de trabajos en la ciudad.
Pero, no. El panorama es otro y tan decepcionante, como los 1,500 días que tuvieron que esperar para que, efectivamente, se volviera hablar de la construcción de un estadio en la millonaria ciudad de Colón.
No
es broma. Lo he dicho muchas veces, ninguna provincia de este pequeño país, le
devuelve tanto dinero en impuestos y activos al Estado como Colón, pero eso no
ha sido ni es suficiente. El Estado es insaciable.
No obstante, esta no es la historia de hoy.
Otra difícil situación que vive la comunidad deportiva colonense, a ciencia y paciencia de quienes tienen la responsabilidad de manejar esta actividad, tanto a nivel regional como nacional, es la del complejo de Margarita.
Dicha instalación dejó de ser un ‘paraíso de dulzura’ y se convirtió, en un santiamén, en otro dolor de cabeza para quienes hasta un poco antes de la pandemia, lo utilizaban como su lugar de entrenamiento y de esparcimiento.
“Después de luchar mano a mano por el complejo deportivo de Margarita, como principal aliado de Pandeportes, seguimos en la calle”, dijo el sensei Mario Sánchez, instructor del taekwondo, uno de los damnificados.
“Privados
del derecho por nuestro local, seguimos afuera, con más de un año sin poder
entrar para rescatar los equipos”, señaló.
Un complejo, complejo
Hasta hace muy poco, el complejo deportivo era administrado por una Ong que, bien o mal, permitía la actividad y el desarrollo de varios deportes.
Las
cosas no estaban muy bien entre administradores y concesionarios, en momentos
en que Pandeportes, dueño del bien, estaba buscando los mecanismos alrededor de
2016 para volver a controlarlo definitivamente.
Ese aspecto legal-administrativo se logró, pero ahora y debido a la pandemia, la instalación está cerrada, con la mala nueva para quienes lo utilizaban que muchos de sus equipos se han perdido por la falta de uso y mantenimiento.
Pero, lo más difícil es que no han logrado que el director regional, les dé una clara explicación del por qué la instalación permanece cerrada, sin la posibilidad de que se busquen fórmulas para activarlo.
Alguna vez escuchamos que sería necesario la búsqueda de un socio estratégico o una empresa caritativa, porque la instalación debía repararse casi que por completo y la institución deportiva no tenía dinero para ello.
“Ya levantamos un estudio y reparar asciende a un costo de más de 6 mil balboas (pisos de madera, techos, ventanas, paredes, etc.)”, señaló Sánchez.
“No vemos luces (para resolver el asunto) y es difícil salir de este círculo vicioso, porque hay personas con otros intereses alejados del deporte”, añadió.
Mientras
esto ocurre, otro grupo de atletas están prácticamente entrenando en la calle o
en los posibles campos abiertos, si las lluvias se los permiten, porque no
tienen otro lugar.
La agrupación que lidera Sánchez ha buscado hacer contacto con los responsables de Pandeportes en la provincia, pero no ha sido posible, por lo que determinó buscar respuesta en las oficinas centrales en la capital.
Pero hasta ahora nada se ha logrado.
Lo último que se conoció fue que el cierre de la instalación fue solicitado por cuestiones sanitarias por el Minsa, debido a las heces que dejan las palomas que cohabitan el lugar.
Sin embargo, Sánchez explicó que quien hizo la denuncia al Minsa sobre la situación de las palomas fue su agrupación, la Liga de Taekwondo, y que la recomendación no fue el cierre total del lugar sino la limpieza del área afectada.
“Se les sugiere no utilizar la parte de arriba del complejo, hasta que sea depurado en su totalidad, para evitar algún percance de salud”, es la nota que envió el doctor Francisco Gil, médico veterinario, a la doctora Helen Wedderburn, del Policentro Juan A. Núñez, de la ciudad de Colón.
Sánchez explicó que el remedio es limpiar toda el área como venía haciendo con su grupo, hasta que le prohibieron entrar al lugar.
Añadió que por actitudes como esa es que el director regional, Luis Marín, fue señalado como persona ‘no grata’ por la mayoría de los dirigentes deportivos de la provincia.
“Desde
que llegó a la institución no se ha reunido con los dirigentes deportivos, ni
siquiera para presentarse o sentar las bases de cómo se utilizarían las pocas
instalaciones que existen”, sostuvo Sánchez.
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