LA INCLUSIÓN SOCIAL EN EL DEPORTE, UN TEMA ESQUIVO

 Por Nicolás Espinosa Serrano
(hablemosdeportes2.0@gmail.com)

 

¿Hasta dónde la inclusión social está vinculada al deporte? Fue la pregunta que me hice al iniciar la búsqueda de material para desarrollar este artículo.

Todo viene a raíz de que esta es la última semana para que se incluyan aportes en el llamado ‘Pacto del Bicentenario’, cuya finalidad, según sus promotores, es lograr un acuerdo nacional sobre los principales temas que aquejan al país. 

Canchas y gimnasios adecuados para atletas con alguna discapacidad, es necesario que se programe por parte de las autoridades.


Los aportes deben ser colocados hasta el próximo día 28 en la plataforma ‘agora.gob.pa.’, y después de ello se cumplirán con otras etapas, hasta llegar a lo que se ha promovido como el ‘diálogo nacional’. 

Qué se logre con esta iniciativa está por verse, porque como he afirmado antes, propuestas como éstas han abundado a través de los años y lo único que se ha logrado, es mantener a una innumerable cantidad de inservibles burócratas, que toda su vida se la han pasado analizando todo tipo de temas y nunca aterrizan. 

Al llamado diálogo podría ocurrirle lo mismo, si los responsables de desarrollarlo no llevan adelante un calendario productivo e informativo, y con una dinámica similar al que realiza el Tribunal Electoral con las reformas electorales, de lo contrario, no valdrán tantas alharacas hechas a su alrededor. 

Pero, a lo que vamos. ¿Hasta dónde la inclusión social está vinculada al deporte? Esta es una interrogante válida, si tomamos en cuenta que, dentro del nombrado diálogo, se espera reunir a un grupo de personas para analizar, debatir, concluir, sobre las propuestas que se den en materia deportiva. 

PROPUESTAS 

Indudablemente que el concepto de inclusión es mucho más complejo de lo que muchos se imaginan. Es como el de resiliencia, que algunos solo asocian ‘a la posibilidad de reponerse de una adversidad’, cuando en realidad la sola palabra conlleva otros conceptos o subconceptos, por llamarlos de alguna manera, mucho más abarcadores. 

La inclusión, según las Naciones Unidas, significa que los sistemas establecidos proveerán acceso y participación reciproca; y que el individuo con discapacidad y su familia tengan la posibilidad de participar en igualdad de condiciones. 

Algunos deportes han logrado insertarse sin mayores problemas en el tema de la inclusión. 

En definitiva, la inclusión social en el deporte debe tener la misma preponderancia que cuando se menciona a la educación, la salud y la vivienda, por ejemplo. 

No obstante, revisé más de doscientas de las 3.800 propuestas inscritas en el tema del deporte y otras 40 de las 1.467 en el de inclusión, hasta el martes 16 de febrero, y ninguna se refiere a la otra en forma conjunta. 

Ninguna es inclusiva. 

Las propuestas en el tema del deporte son muy diversas, desde la construcción de canchas sintéticas o estadios, hasta la creación de escuelas deportivas en los barrios. 

Unos fueron más creativos y pidieron la construcción de un hotel para los atletas que se concentran, como ocurre con el INDES de El Salvador; y otros, centros juveniles por corregimientos para que se dicten clases de música, artes y deportes. 

Las comarcas indígenas no se quedaron atrás y solicitaron que los gobiernos presenten políticas, dirigidas a desarrollar diversas disciplinas y a la captura de futuros talentos para selecciones nacionales. 

Sin embargo, ninguna propuesta alcanzó la posibilidad que, en la construcción de coliseos cerrados o estadios, haya áreas especiales para personas con discapacidad, ya sea en las gradas, en los baños o en los camerinos.   

Tampoco observé que en las que hablaban sobre canchas comunales, hubiera un punto que se refiriera a especificaciones especiales, para personas con algún tipo de discapacidad. 

Lo más preocupante es si, en las poquísimas construcciones en que trabaja Pandeportes, como el gimnasio ‘Eduardo Campbell’, en Santiago, o el ‘Sion Cohen’, que pretenden construir en Chitré, se pensó en los atletas con alguna discapacidad. 

Esto lo decimos porque en lo que respecta a los estadios que se construyen, que están construidos o que se proyectan construir (Boquete, David, Changuinola, Las Tablas), no hay ningún tipo de especificación al respecto. 

En esa línea, el periodista panameño Aurelio Moreno nos dijo que en los diferentes estadios y coliseos de Estados Unidos, donde reside, existen áreas especiales para las personas con movilidad reducida, tanto en las graderías como en los baños. 

“En Estados Unidos no solo los estadios sino en todas las instalaciones donde vas, centros comerciales o supermercados tienen estas áreas especiales o se les ha hecho ciertas adiciones, en ese sentido”, apuntó. 


En algunos países, los estadios están acondicionados para las personas con capacidad reducida e inclusive cuentan con personal capacitados en el tema. 


“Todos los estadios a los que he asistido están habilitados para que las personas con algún problema físico puedan movilizarse, inclusive, hasta solos”, agregó. 

Sin embargo, destacó que hay personal especializado fuera de los estadios para atender este tipo de situaciones y luego de ubicarlo en un lugar preferencial, junto a su familia, se mantienen atentos por si es necesario otro tipo de atención.   

AGENDA INCLUSIVA 

Jembell Chifundo, una joven poetisa colonense, con condición de movilidad reducida, señaló que la realidad de los deportistas colonenses con discapacidad, es que “no tienen una cancha para practicar y las que existen son inaccesibles para ellos”. 

Jembell, involucrada en diversos movimientos por la inclusión social de los afrodescendientes, principalmente, contó que en una ocasión fue a ver un partido de baloncesto en la Arena de Colón, y el solo querer entrar fue “todo un rollo” porque el gimnasio no está habilitado para personas con condiciones físicas limitadas.  

Precisó que desde su tribuna ha propuesto que “la variable” de la discapacidad esté en todos los temas principales del Pacto Bicentenario, para que no se trate como un renglón aparte, sino que fomente la inclusión en los diversos espacios. 

“Pero esto también depende de que exista una organización, de la comunidad o de la sociedad civil organizada, que genere la propuesta, porque no se van a dar propuestas ajenas a las que se suben a la plataforma Ágora, sino que las que existen se van a evaluar”, reflexionó.

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