EL DEPORTE, LAS PROMESAS Y LA CORRUPCIÓN

En 2012 se habló de construir una Ciudad Deportiva en Colón. Miles de deportistas, entre ellos, decenas de niños y jóvenes, pensaron que la triste historia en su provincia cambiaría. 

Por Nicolás Espinosa Serrano

(hablemosdeportes2.0@gmail.com)

-. ¿Qué ha sido de las ciudades deportivas de Colón y David? ¿Se construirán algún día?, fue la pregunta que me hizo un veterano amigo un día cualquiera de enero, con quien coincidimos en un ‘viejo’ grupo de WhatsApp. 

Nicolás Espinosa.- En realidad eso quedó en nada. Mil y una excusa dieron las autoridades deportivas (Bob Arango y Mario Pérez) en los tiempos de Varela, entre ellas, que si una chiva parió en el monte y sus parientes se los comió el ‘Chupacabras’ o algo así”, fue mi respuesta. 

.- Ok., pero tengo entendido que se les adelantó dinero a las empresas constructoras y cada vez que escuchaba a los directores de Pandeportes, decían: “estamos trabajando en eso”. 

N.E.- Es cierto. A la empresa que le tocó la ciudad deportiva de Colón se le adelantó la suma de 21,5 millones de dólares, a pesar de un modesto avance del 16,8%; y en David, no solo hubo adelanto de dinero con un precario avance del 4,4% sino que, según la fiscalía de Cuentas, parte del dinero fue desviado”. 

“Ambas construcciones empezaron en 2013, con un periodo de 24 meses más o menos para terminar, pero ninguna lo hizo, cobraron y fueron por fuera”, le contesté. 

Autoridades locales y nacionales, entre ellas, el entonces presidente Martinelli, estuvieron en la primera ceremonia protocolar de la construcción.

-¿Cómo así que hubo desvío de dinero y que fueron por fuera?, insistió mí ya incómodo interlocutor. 

N.E.- La fiscalía de Cuentas en su investigación, que data de 2019, dijo que la auditoría al proyecto en David comprobó que el consorcio utilizó parte del pago adelantado, para ‘fines ajenos a la construcción del proyecto deportivo’”. 

“Sin embargo, eso no sirvió de nada”, le expliqué. “El Tribunal de Cuentas falló a favor de los dos consorcios involucrados en las fallidas construcciones y determinó cerrar los expedientes, no sin antes obligar a Pandeportes a redituarle dinero a ambos grupos por alrededor de 10 millones de dólares, a cada uno, y pagar las costas de las audiencias”. 

Con esta larga explicación pensé dejar por concluido el tema, pero qué va. El amigo dejó el grupo e hizo contacto conmigo en forma privada. 

.-Nicolás, ¿eso que tú me estás diciendo, es cierto? 

N.E.- Oye ¿Dónde estabas cuando toda esta historia ocurría? ¿en el baño?, fue lo que se me ocurrió responderle. 

.- No. Recuerda que me fui un año para España o esa era la idea en los tiempos de Martinelli, y me quedé en Barcelona, así que ando algo despista’o. 

N. E.- La realidad es que la percepción es que en ambos proyectos se dieron malos manejos en los tiempos del presidente Martinelli, y como siempre ocurre en Panamá, hubo muchos involucrados, pero al final, el erario público volvió a ser presa del saqueo y nadie pagó por ello, le expliqué. 

Actualmente, el lugar está totalmente abandonado en la comunidad José Dominador Bazán, antiguo Fuerte Davis.

.- Uhm, ya veo. Pero, esas construcciones, especialmente en Colón, no se pueden recuperar y construir canchas, fíjate que nosotros no tenemos nada y como me cuenta mi hermano Juancho, todavía los pelaítos juegan en la calle. Tú lo sabes mejor que yo, Nicolás. 

N.E.- Qué va, por lo menos en donde se pensaba hacer en Colón, en Fort Davis, hoy conocida como la comunidad José Dominador Bazán, porque aparentemente los terrenos no eran los adecuados. 

Ahora, en Colón hay mucho terreno donde construir, tanto dentro como fuera de la ciudad, como es el área de Fort Sherman, donde hay una locación que sería estupenda para eso. 

Todo está en qué quieren los gobiernos para Colón, y por lo demostrado hasta ahora solo es sacrificio hermano, a pesar de que esta provincia sostiene a medio país, con lo que da el Canal, los puertos, la minera y la Zona Libre anualmente. 

.-Y ¿Qué hay del Mariano Bula y el Panamá Al Brown?, Juancho me dijo que el presidente Varela la noche en que ganó las elecciones, prometió nuevas instalaciones, mientras se desgarraba en el parque frente a la Wilcox, la camisa y se tiraba tierra en el rostro como hace la gente del Medio Oriente. 

¿Cuál es la idea de mantener una estructura víctima de las alimañas y de la naturaleza? ¿Por qué no se echa abajo, si al final no se construirá nada en ese sector?

Échame bien ese cuento, porque yo vi con estos ojos que se comerán los gusanos, cuando Varela nos prometió a los colonenses hasta bajarnos la luna, aunque no lo vi desgarrarse la camisa. Esa noche estaba junto al pela’o este,  Rogelio Donadío, el hijo del sastre. ¿Sabes de quién te hablo?, que después lo nombraron viceministro de algo. 

N.E.- Ese es otro cuento de las cavernas, pero es mucho más largo que el de la ciudad deportiva. Lo cierto es que en 2016, levantaron el tabloncillo de la Arena y descubrieron dos cosas. La primera, que había, por algún lado, un ojo de agua que estaba jodiendo; y la segunda, que el tabloncillo era víctima del comején en casi toda su extensión. 

Pues bien, no hallaron nada del jodido ojo de agua, pero taparon todo con tierra y colocaron otro tabloncillo encima de esa tierra. Hoy, la Arena de Colón sigue con sus males y con la promesa de mejores días. 

Pero, el verdadero dolor de cabeza es el Mariano Bula. Ese mismo año de 2016, la Dirección de Asistencia Social (DAS), la misma entidad que en el periodo anterior se llamó PAN (utilizada para envilecer la institucionalidad panameña), presentó un proyecto de maqueta de lo que sería el nuevo estadio en un periodo de 27 meses. 

Casi que al mismo tiempo, un diputado de gobierno presentó otro proyecto con igual fin. Es decir, que después de más de 70 años de no contar con un nuevo estadio de pelota, el deportista colonense tendría de dónde escoger. Imagínate, hasta el menos pinta’o saltaba en un pie. 

No obstante, no fue así. La triste realidad es que no hubo ni hay estadio y quién sabe cuándo lo habrá. 

Este era el estado del antiguo Roberto Mariano Bula en 2017. Hoy, sigue en similar estado.

La estructura del coliseo de la calle 12 y Santa Isabel se derrumbó en 2017 y aún no hay perspectiva que comiencen los trabajos, a pesar de que las actuales autoridades de Pandeportes prometieron que en diciembre iniciaban. Estamos en febrero y contando. 

Así terminé el diálogo con mi veterano amigo que, por última respuesta, me dijo: “entonces seguimos jodidos”. 

La miseria deportiva del pueblo colonense es tan vieja y extensa como los años de Matusalén. 

Llegan los gobernantes y prometen, algunos caminando con zapatos parecidos a los del pueblo y otros con pancartas de que el pueblo es su prioridad, pero todos están cortados por el mismo machete.

La actual administración está golpeada de cabo a rabo, solo hay que juntar las bellezas de los pasados gobiernos, grandes deudas entre ellas, y las que se dan actualmente, para conocerlo. 

No obstante, hay una verdad de a puño. No podrán mentir siempre, porque llegará el día en que esas mentiras saldrán como un escupitajo de sus bocas y se les devolverá como un bumerang. Lo malo es que vendrán otros, con cantos de sirenas algo diferentes, y volveremos a caer en la misma trampa.